CEMENTERIO DE LA CIUDAD DE TULCAN
Después del terremoto ocurrido en 1923, la ciudad experimenta una rediseño urbanístico, en aquellos días el Cementerio nuevo empezaba a funcionar con vistosos mausoleos ubicados a los costados del ingreso.
En 1936 Don José María Azaél Franco planta los primeros ciprés que años después se convertirían en la mayor herencia dejada a la ciudad de Tulcán.
La característica que hace único a este cementerio son sus impresionantes figuras talladas en ciprés; figuras agustinas, precolombinas, fauna ecuatoriana, arcos de medio punto, pilones y mascarones gigantes.
Este tipo de arte otorgó al Cementerio José María Azaél Franco, el 28 de Mayo 1984 el reconocimiento de: Patrimonio Cultural del Estado, y sitio Natural de interés turístico.
La primera figura realizada por Azaél Franco se denomina “Camino al Cielo” y esta ubicada en la parte frontal izquierda del lugar
La posición de los jardines ha permitido la división de los parques internos por nombre así: la primera parte al ingreso al campo santo se denomina “Altar de Dios (1936)” y la parte posterior igualmente conformada por dos jardines laterales se denomina “Parque de los Recuerdos (1987)”.